miércoles, 26 de marzo de 2008

EN LA HERMOSA LAGUNA


A la soledad, el desentierro de viejas nostalgias, el frío y las cuatro de la mañana.


Se despertó entre sonido de lluvia y un airecillo gélido que entraba por las antiquísimas ventanas. La entereza del pensamiento se disipaba ante el reminiscente clima. Pasaron cinco días cuando regresó, y él sabía que no la vería. Por extrañas causas del destino, prefirió no pasarla a recoger, a pesar de que a las cuatro de la madrugada ella morirá de frio.

Salió a la plaza acompañado de un bolso serrano, en donde sólo llevaba un lapicero, un papel arrugadísimo y unas incontenibles ganas de escribir. Ella vendrá, de todas maneras, le asaltó un pensamiento. Pero no sabrá donde encontrarme. El frío del viento los juntaría, en el mismo lugar de hace algunos años. Era evidente que se sentía seguro de eso y también seguro de atribuirlo a nefastas obras del destino. ¿Qué era el destino? Ella me lo dijo, y mencionó algo de nuestros caminos. Pedregosos, pensó, seguramente pedregosos. Las piedras de la calle le hacían recordarla. Ella siempre decía que nosotros, los humanos, envidiamos la paz de las piedras, y que por eso las destruíamos. Es que es inevitable, le decía él. Y lo que seguía era una mueca que suelen emplear las mujeres cuando no llevan razón.

La plaza mayor lucía acogedora, a pesar del mal tiempo. Pequeños riachuelos de lluvia discurrían junto a las aceras, y el cielo, testigo de la redención del pueblo, escondía al sol como se esconde una piedra preciosa. Escondes al sol, como yo la escondía a ella… Era tan celoso, aún lo recuerdo, era indiscutiblemente hermosa. Ella siempre le decía, muy suavemente: “Te quiero, y no te cambiaría por nada, pero por favor, no seas tan celoso”. La gente se burlaba de ellos al verlos pasar. Él, cubriéndola con su poncho, abrazándola con fuerza, evitando que su trasero y senos queden al descubierto; ella, sonriendo con dificultad y contemplando el cielo, que en aquel verano se encontraba diáfano, impoluto.

Si, impoluto. Tu recuerdo me da la razón. El hombre dejó atrás la plaza y empezó a ascender por una calle transversal a ésta. El ambiente era el mismo, no había cambiado nada; abriendo paso a las viejas casonas y el andar pausado, dificultoso. No había cansancio en su semblante, solo resignación. Resignación por seguir una esperanza desfallecida, que sin embargo sería plausible. Hacía frío, y le ofrecí abrigarla. Ella dijo que no era el frío del ambiente lo que le molestaba, sino el frío de mi corazón. “Cómo puede estar frío mi corazón”, le preguntó este. “No necesito ver a las aves morir para saber que estamos muriendo, yo más que tú”, le contestó.

Durante su recorrido atravesó praderas y extensos campos, la única manera de llegar a una hermosa laguna, donde él se encontraba ahora, reflexionando sobre lo ocurrido y esperando a que ella apareciese. Ya no debe tardar… Siempre haciéndose la importante. ¿Por qué no estás cuando más te necesito?

A lo lejos escuchó pasos, acompañados del silbido que ella solía usar. Te silbaré, ¿está bien? Así sabrás que vengo a verte. Eso es de niños, se ve feo que andes silbando por ahí como una niña. Soy tu niña, ¿no? Claro… Ella aprendió a silbar en sus jardines, escuchando los picaflores. Le encantaba el campo y la libertad que éste brinda. Por eso decidió vivir con él en una casa inmensa con un jardín inmenso. No le gustaba el frío y odiaba las estúpidas formas y los prejuicios tontos.

Y así, entre silbidos y resuellos de cansancio, se encontraron nuevamente, en el mismo lugar donde se habían visto un año atrás, al pie de la hermosa laguna, donde también se juraron amor eterno, cinco años atrás. Y sus ateridas aguas los reflejaban dándose un abrazo, largo y tendido, al tiempo que desaparecían entre suspiros, mezclándose con la nieve del lugar.

Hace cuatro años murieron juntos, nadie supo la causa, y nadie se atrevió a indagar el hecho; decidieron dejar descansar en paz a la noble pareja. Sus cuerpos fueron encontrados al pie de la hermosa laguna. Ella, con marcas de ahorcamiento, y él, congelado, con medio cuerpo dentro de las aguas.

Y él, a las cuatro de la mañana del próximo año, misma fecha y mes, sabía que no la vería, y que tampoco iría a recogerla, a pesar de que a esa hora ella morirá de frio. Extrañas causas del destino, inefables, ineludibles, que sin embargo para él fueron siempre todo lo contrario.

[-_-]

Esta canción representa la génesis de mi depresión, desde algunos años atrás. 5 centímetros por segundo, es la velocidad de las hojas al caer del cerezo en otoño. Frías lágrimas de otoño, que se ensañan con frágiles almas y cuerpos desnudos. "... One more time, one more chance, aunque pase un tren y te pierda de vista, y muchos años después tenga que buscar tu silueta por cualquier lugar donde camine..."


martes, 25 de marzo de 2008

BUENAMENTE IMPRESENTABLE, SOY.

"Si eres alérgico a los desengaños, olvídate de esa mujer"
Joaquín Sabina, Pastillas para no soñar.

Mi último texto ("Recuerdos") ha sido criticado muy duramente. Trato de no sentirme mal, pero es inevitable y humano sentirse menos ante una crítica. Luego ya viene el clásico "Me llega al pincho" o si eres inteligente, salir de los errores y mejorar, aunque quien te critique no sea un erudito en literatura.

En fin. Tengo errores. Lo acepto. Y aceptarlos te humaniza. No soy Dios, aunque me gustaría serlo. ¿A quien no? En mi caso, si fuera Dios, dejaría de ver sufrir a la gente pobre, dejaría de tener sexo con la madre naturaleza y evitar los terremotos, huracanes, tornados, maremotos, tsunamis, inundaciones y toda clase de desastres naturales que ocasionan muerte y destrucción. Tampoco dejaría que un hijo mio muera por los demás. El lo hizo con Jesús, y nada cambió. No hay paz, no hay tranquilidad. El mundo está plagado de guerras, violencia, emos y reguetoneros. Eso sin contar el narcoterrorismo, el capitalismo brutal e imperialista, el bloqueo económico a Cuba, los niños muriendo de hambre en África, la sierra peruana y sus carencias del día a día. ¿Jesús murió por todo eso? Pues no sirvió, diosito. Aunque fácil quieres que te suceda un toque en el puesto... Te aseguro que daré mi mejor esfuerzo.

Sería locazo que mañana al despertar encuentre al pie de mi cama a Morgan Freeman convertido en dios, como en la película "Todopoderoso" y me diga: "Vit, I am God".

Entonces me daría su poder y yo no podré creerlo, tanto así será que hasta podría volverme loco.

Perdón nuevamente por la vehemencia. Es que escuchando a Sabina no puedo menos que elucubrar desafueros personales.

Critiquen nomás. Ahora si, liberados los demonios, paso a mis actividades diarias.

Trujillo, 24 de marzo del 2008.

viernes, 21 de marzo de 2008

RECUERDOS


Fue una mañana calurosa, impredecible. ¿Salimos temprano? - me preguntó la noche anterior. El teléfono solía ser nuestro aliado. “Ya, normal” - le contesté - con un tono de resignación que acostumbraba criticar. Nos encontramos en la avenida España, en nuestra esquina de siempre. La esperé algo de veinte minutos. Vamos a caminar - me dijo. Eran como las siete y media de la mañana. Y caminamos por largo tiempo, cual peruano oprimido. No descansamos, y me agotaba terriblemente. Pasamos por la universidad nacional (no había manifestaciones ni huelgas afortunadamente), luego por el óvalo donde está el monumento al cabrón de Haya De La Torre, y por muchos sitios más, sin detenernos.

Trujillo se ha expandido, y ya no es la ciudad en donde los lugareños podíamos caminar de un lugar a otro sin ningún problema. Tomemos un taxi, ya no aguanto - le dije, cansadísimo. Ella me miró con odio y tomándome de la mano reprochó mi condición de gordo. ¿A dónde quieres llevarme? - le pregunté - sin esperar respuesta. El misterio siempre me atrajo, pero en este caso ya era exasperante. Entonces seguí sin entenderlo, y abatido por el cansancio y la insoportable levedad del ser, decidí callarme y aguantar su irreverente capricho.

No sin mucho desgano de mi parte, llegamos hasta un sitio arqueológico llamado “Chan-Chan”, que dicen que es la ciudadela más grande del mundo (Y de barro). El calor me había casi matado, las cinco aguas minerales que bebí fueron insuficientes. Eran las once de la mañana; mis zapatillas: Embadurnadas de tierra. Mis pies: Al borde de ampollarse. Ella: Feliz y radiante. La calidez del día acechaba con recelo su fino semblante. Quizá verla en esas circunstancias calmó mis exacerbados ánimos.

Nos detuvimos frente a un letrero. Entremos - me dijo - alegrísima ella. Con cierta apatía, no tuve más remedio que fingir una sonrisa y casi susurrar un “si”. Entramos al “Palacio Tschudi” y ya empezaba a maldecir a mi ex suegra, porque el sol quemaba como mierda. ¿Qué planeas? - le pregunté - ya empezando a molestarme. Sólo sígueme - me dijo ella. Puta manía la de dejarme en suspenso. Rebeca me tomó de las manos. Mi cuerpo sudaba a mares y sentí claramente que le incomodaba tenerme de esa manera, sin embargo, era un mecanismo muy útil para darme seguridad y evitar que me vaya… Además, yo pagaba todo.

Al llegar al lobby (Lugar que existe en todos los museos, se paga a un guía turístico y compras chucherías para satisfacer a una mujer que nunca terminará de contentarse) Emprendimos el verdadero paseo.

El guía hablaba mucho. Me estaba llegando al pincho. Cuando entramos a la sala de hornacinas, me di cuenta de que ella no prestaba ni la más mínima atención. Carajo – pensé - justo es ahora cuando tengo ganas de patear en el culo a Rebeca y al guía. A ella por niña desinteresada, y al guía por cabrón.

“Y aquí el rey chimú se reunía con su comitiva”… “Este patio tenía funciones de centro ceremonial”… “Aquí se hacían sacrificios humanos para ofrecer la sangre de los decapitados a los dioses”… Pinches dioses – pensé. Ojalá exista un dios así y se lleve al infierno a los cabrones y a los violadores.

Al cabo de dos horas de paseo, moría de hambre. Rebeca también se impacientaba. Sé que ella esperaba una escenita de mi parte, pero no se dio porque disfruté en cierta forma del paseo, además, reforcé mis conocimientos en historia. Sin embargo, cuando vi su rostro, supe que no me había dicho todo. Supe que algo le jodía, que por algo me había hecho tremendo teatro desde Trujillo. Y no supe que decirle, como hablarle, como saber qué le preocupaba. La cosa es jodida, ya no es como antes. El daño que me hizo no se reparará de la noche a la mañana.

“¿Oye, dijo el guía donde cachaban los chimús? – me preguntó después de sentarnos en un incomodísimo bus. Nos desternillamos de la risa. Era ella misma, y no había cambiado nada.

martes, 18 de marzo de 2008

PRIMER DÍA DE CLASES - 2008

(Me encontraba subiendo las escaleras del 2do piso de mi facultad, y al llegar al descanso, me encuentro con alguien no tan esperado...)

- ¡Dra. Leyva! Qué sorpresa.

- Hola Victor, ¿Qué clase tienes?.

- Teoría de Morfo, doctora.

- ¿Morfo 2?

- Esto... no doctora, morfo 1 nomás...

- ¿Por qué? ¿Que pasó?

- Usted me jaló doctora, ¿lo recuerda?

- Ah...




P.D: FELIZ NUEVO AÑO UNIVERSITARIO =)

jueves, 13 de marzo de 2008

CRÓNICA DE UN VIAJE ANUNCIADO

Por Vit M.D, desde Huamachuco - La Libertad.
Las clases de verano acabaron satisfactoriamente, y como el buen ermitaño que soy, los dos meses de estudio fueron de mi casa a la U y de la U a mi casa. Además, el trabajo de medio tiempo consumía un poco mi vida, aunque no lo parezca.
Unas semanas antes de los exámenes finales la gente empezó a fugar a Cajamarca, por esto del carnaval. Decenas y decenas de pandillas de ambos sexos partían enloquecidos a la capital de la juerga. Y yo, como era de eperar, sólo atinaba a verlos y sonreírles forzosamente; dicho sea de paso, nadie me invitó, así que la cosa fue más fácil y menos triste.
Aunque me parece irresponsable la decisión de viajar sabiendo que los exámenes se acercan, en el fondo los envidiaba. Envidiaba que sean tan sueltos de huesos y opten, así por así, irse a fiestear. Es así que también decidí viajar (Cuando acabó el ciclo). No a Cajamarca, porque ya habían terminado los carnavales y había ido muchas veces, sino a un destino más cercano, más nuestro: Huamachuco. Si ellos pueden, ¿Por qué yo no? =)

Huamachuco es una ciudad de la sierra, ubicada en el corazón de La Libertad, a siete horas aproximadamente, famosa por su actividad agrícola, por su fabulosa fiesta, y por que aquí comes los panes, tortitas, bizcochos y dulces más ricos de todo el mundo. Además, esta linda ciudad vió nacer a mis abuelos paternos, y por lo tanto, me siento identificado de alguna manera con esta tierra.

Salimos el viernes siete de marzo a las nueve de la noche. Y digo "salimos" porque viajé con uno de mis mejores amigos. Pienso que para este tipo de viajes lo mejor es ir acompañado, así los gastos son compartidos y la diversión, doblemente asegurada.

Ahora paso a describir brevemente las actividades realizadas según programa establecido en el bus.

DIA 1 - Sábado 8
- Llegada a Huamachuco: Eran las 4 a.m y la temperatura era de 5 grados celsius aprox. Al bajar del bus sentí como se deshacía mi alma. Y es que ir de una ciudad donde el calor es infernal, y llegar a otra donde el frio es casi-antártico, pues como que te choca, y peor aún cuando viajas con un polito veraniego.

- Búsqueda de hotel: Fue rápida y sin inconvenientes (Cuarto doble, no piensen mal). Al acostarme ya me había puesto guantes, 4 polos y una chompa extra.

- Recorrido breve por la ciudad: Reconocimiento del terreno, del campo de juego, del área de acción.

- Visita a la Laguna de Sausacocha: A hora y media apr
oximadamente. La vista en la laguna es preciosa y no peco al decir que es una de las más bellas del Perú. Aquí almorzamos trucha frita acompañada de un buen par de chelas (Heladas al ambiente). Ah! El perro de la foto no es nuestro, y tampoco del señor que remaba el bote... el can simplemente llegó nadando hasta nosotros... inaudito.

- Open Disco/Juerga Tonight: Por recomendac
ión de mi amigo, el escritor Paul Quispe, huamachuquino de alma y corazón, asistimos a la mejor discoteca de la ciudad: "El Pedregal". La música fue en su mayoría asco-ton, con algunos suspiros del buen 80's rock y un mix de los enanitos verdes que me hizo llorar de emoción. Aquí permanecimos hasta el amanecer... y hasta que nos botaron del local.

Día 2 - Domingo 9
- Jateada resacal: hasta las 12 pm.

- Webeo por la plaza de armas y toma de fo
tos obligatoria.

- Visita al Agua de los Pajaritos: A 30 minutos en ca
minata desde Huamachuco. Es una fuente de agua originada por la filtración en las rocas provenientes de un cerro que no recuerdo su nombre pero que está atrás. Dicen que si bebes de esa agua, regresarás algún dia a Huamachuco, y también dicen (Y esto lo vi en el bus) que si una pareja de amantes (Si, amantes) de clases sociales distintas se juran amor frente a esa fuente de agua, su amor será eterno.

- Visita a las distintas calles y plazas de la ciudad:
Como quien dice, alejándose un poco.

Día 3 - Lunes 10

- Visita a la Ciudadela de Markawamachuco: El viajecito a este imponente complejo nos copó el día entero. Perteneciente a la cultura de los wamachucos, data de 500 a 600 aprox. después de Cristo. Se encuentra a 2 horas en carro y a 4500 msnm. El recorrido completo de la ciudadela toma de 2 a 3 horas... pero vale la pena! El dato: Dentro del complejo existe un sector denominado "Las Monjas", de una belleza insuperable. Particularmente les recomiendo que lo visiten. Además, va en el segundo lugar de las votaciones para las "7 maravillas del Perú". Si quieren votar por este complejo, y por nuestro Chan Chan -obvio- ingresa aquí.

Día 4 - Martes 11
- Visita a las aguas termales de Yanasara: Esta si que fue una travesía. Cuando llegamos al paradero nos dieron la ingrata noticia de que el combi había salido justo hace 10 minutos, y que ya no habría otro. Así que, caballero nomás, tuvimos que ir en taxi. La carretera a este sitio es realmente espantosa, incluso en una parte hay varias cruces que recuerdan a los caídos en acción (Osea, los que se cayeron al abismo). Y así, con miedo y todo, llegamos a Yanasara. Sus aguas termales son subterráneas y buenazas. Las pozas privadas son magníficas y recontra relajantes. Recomendables.
Al regreso fue el problema: No había carros. Tuvimos que emprender una caminata resignadísima, incluso pensando en llegar camina
ndo hasta Huamachuco, lo que nos tomaría unas cinco horas. Sin embargo, a la segunda hora de caminata, escuchamos un claxon a lo lejos...
- Parece un carro.
- ¿Tú crees?

- Si, de hecho. Esperemos.
Fue así que el carrito que esperábamos era un camión q
ue cargaba papas y otros menesteres. No tuvimos más opción que rogarle que nos lleve, pues, era nuestra última salida. No queríamos caminar tanto y la lluvia empezaba a mostrarse.
- ¡Señor! ¡Señor! ¡Jálenos por favor! - le gritamos c
uando pasó frente a nosotros.
(En eso, el camión se detiene a 50 metros de nosotros, haciéndonos correr al mismo estilo de Forrest Gump).

- ¿Se va para Huamachuco? ¡Llévenos por favor! - imploramos.
(El camionero se queda pensando y nos examina de pies a cabeza).
- Serán cinco por el chato... y el gordito paga más - dijo muy suelto de huesos.
- No interesa, vamos - resolví con firmeza.

Cuando subimos al camión encontramos a varias personas. En sí, a pesar que fue una experiencia dolorosa, comprobamos nosotros mismos el pesar y sufrimiento de nuestros hermanos del campo, y que es de todos los días. Fue algo inolvidable y aleccionador.

Día 5 - Miércoles 12
- Trekking (Por accidente) en Huamachuco: Ese día decidimos partir hacia el Nevado Huaylillas. Sin embargo, y por culpa de un chofer de mototaxi ignorante, tomamos el camino equivocado. Emprendimos una caminata de alrededor de una hora, pensando que íbamos en la dirección correcta. A la altura del km 315 de la carretera a Trujillo, un poblador curioso nos acecha, seguramente por nuestro aspecto turista, y nos pregunta si deseamos comer, que en su casa preparan comida, etc, etc. Le dijimos que no podíamos en ese instante y que nos dirigíamos al nevado Hualylillas. El tipo nos miró asombrado y nos dijo: "Pero poaquí no es chinito, ese ta parribaaa, vuelta tienen que llegar a Huamachuco y de ahi salir vuelta por la san román". Nuestra cara de alegría, risueña por el espíritu aventurero que nos embargaba, se disipó rápidamente ante estas palabras. Y nos dió un consejo: "Trepen este cerrito y cuando lleguen pa la punta miran poabajo y verán la laguna de Cushuro". Y le hicimos caso, maldita sea, le hicimos caso. Escalamos su "cerrito" que no era nada pequeño, y al llegar a la punta todo era niebla, confusión, y una pampa extensa sin fín. Nos metimos en camisa de once varas pero hicimos un buen ejercicio, hicimos trekking por accidente en huamachuco.
- Visita a la Plazuela Tauricuxi y el Museo de Arqueología: De esto no hay mucho que decir. La lluvia estaba fuerte esa tarde, pero pudimos apreciar cosas interesantes en el museo, además de la estatua de un Inca, que no se cual chucha será, pero que engalana la plazuela.

Día 6 (y último) - Jueves 13
- Compra de artesanías monísimas: Para regalar a papá y mamá, en reconocimiento al dinero que me dieron para juerguear, webear, y pasar unas nada aburridas vacaciones.

- Visita a la Casa de Arcos: En realidad, ya no teníamos nada que hacer y habíamos dormido casi toda la mañana y la tarde (Después de comprar los regalitos). Entonces recordé que me habían hablado de esa edificación, que sirvió de recepción a Simón Bolívar y que creo fue cuartel general de Andrés A. Cáceres (Si no saben quien es, repitan la secundaria completita).

- Despedida de Huamachuco: Con mucho pesar dejamos el hotel que tan bien nos había acojido, y abandonamos esta linda ciudad. Y como nunca falta la mala suerte, al llegar a la agencia donde supuestamente íbamos a viajar, nos dijeron que el bus no había regresado de Trujillo, que había tenido un accidente, y que busquemos otra empresa de transportes. Nos devolvieron nuestro dinero y corrimos a buscar agencia. Al final, conseguimos los dos últimos pasajes de la empresa "Mercedes" y nos embarcamos en su "servicio especial", que consistía en que la terramoza repartía caramelitos de limón, bolsitas por si querías "buitrear" y pastillitas de dimenhinidrato (Para el soroche o mal de altura).

- Llegada a Trujillo: Calor insoportable. Cogí un taxi y llegué a mi hogar semidesnudo. Ahora, escribiendo esto, ya no desde un internet sino desde la comodidad de mi habitación, extraño el frio, pero sobretodo, extraño el que antaño fuera un verdadero clima templado en esta ciudad.

P.D: Ya empiezan la claaasees!! Nooooo!! A estudiar se ha dicho... Espero no dejar de postear... Saludos a todos!

jueves, 6 de marzo de 2008

CONFESIÓN TARDÍA


Hoy fui a tu casa, me presentaste a tu vieja, conocí a tu hermana. ¡Que linda familia!

Te juro, moría de vergüenza. Mi rostro enrojeció, traté de hablar con normalidad, pero tu belleza me tenía intranquilo. Tienes una mirada tan linda, tan coqueta.
Me cautivas.
… y no pude hablar bien con tu vieja.

Le pedí, con dificultad, que te permita ser mi pareja en el baile de promoción.
Ella aceptó.
Pero al comienzo lo dudó.
- ¿Quien será este marica que viene a joder? – ella pensó.

Al final,
logré apaciguarme.

Fuiste muy atenta conmigo, y contigo yo me siento feliz. Y estaré mucho más feliz la noche que bailemos juntos.

Tu vieja me hacía como mierda de preguntas. Yo escuchaba, callado y respetuoso.
-¡Puta que chismosa que es tu vieja!- pensé.
Es muy avispada, pero la quiero. En el fondo, muy en el fondo, la quiero.

Y cuando te sentaste a mi lado me sentí muy contento. ¡Estaba junto a un ángel!, no era para menos.
Te amo demasiado, cada día más.

Al final tuve que retirarme. Ya era tarde, y me esperaban afuera.

Te confesaré que, si hay algo que me entristece es despedirme de ti. Pero sentí un gran alivio, porque creo que ésta será la última vez que vea a tu vieja,

(¡Que me cae muy bien por cierto!).


Nota: Texto escrito hace casi cuatro años y con algunos arreglos actuales. Disculpen la vehemencia y el lenguaje pueril. ¡Ah!, lo olvidaba (si, tu, tu, no te hagas, sabes que me refiero a ti) lo lees, solo atinaré a decir que es una confesión tardía. Saludos, y sigan disfrutando las vacaciones =)