lunes, 9 de junio de 2008

COSAS DEL AMOR

Sucedió que me enamoré profundamente de L. No la conocía mucho y tampoco me importaba conocerla más. Solo sabía que me gustaba y que me había enamorado locamente de ella. Resulta que, sin querer, compartíamos los mismos turnos de clases y pertenecíamos a los mismos grupos de trabajo. No hacía mucho que empezó el semestre en la universidad. Era inevitable verla de un modo distinto al que veo a la gente. Procuraba que no se diera cuenta que la poseía con la mirada, que me insinuaba de una manera un poco estúpida. Y es que no se cortejar a una mujer. Y cuando lo intento siempre me va mal, no confío en mi. Y mi mejor amiga dice que las mujeres detestan a los hombres que no tienen seguridad en si mismos. Espero conocer a una mujer igual o más insegura que yo.

Se me ocurrió que podría ser galante enviandole cartas de amor y llamativos regalos. Y es que se que jamás podría hablar frente a frente con ella y denotar mis preciados sentimientos. Es así que envié una primera carta, larguísima, insinuante, pero carente de pistas y que en cierto modo no reflejaba lo que en verdad sentía. Quizá no encontré las palabras exactas o frases que calcularan aproximadamente un poco de mi sentir, sin embargo, supe que le gustó.

Lo que siguió fue un regalo. Era el segundo paso. Que mejor que unos sabios y deliciosos chocolates. Fui a Wong y compré la barra de chocolate más grande que tenían. El precio era una locura, pero para mi si que valía la pena. Se los hice llegar gracias a una desinteresada amiga y que espero nunca le diga que fui yo quien se los envió.
El resultado fue asombroso. L le contó a todo el mundo sobre esto, excitadísima y al borde de la demencia de tanta alegría. Hasta a mi me lo contó una tarde saliendo del laboratorio de fisiología.
- Joaquín, mira mira, tengo un admirador secreto.
- Manya que chévere. Quien como tu - dije, ruborizándome un poco.
- Me ha regalado chocolates, están buenazos. ¿Pruebas uno? - alcanzándome la barra, que se encontraba casi a la mitad.
- Gracias... si, están buenazos.

Debí haber comprado otra barra para mi.

A la semana siguiente, cuando estaba a punto de comenzar la tercera etapa de mi plan, apareció A.

A era una ex enamorada y buena amiga mía. Nos encontramos a la salida de la universidad, una noche de mayo. No la había visto hace como tres meses. Estaba guapísima y llevaba puesto una blusa celeste que le quedaba excelente. Su peinado, estilo emo, le quedaba lindísimo. Me pasó la voz e inmediatamante le regalé un abrazo tan fuerte que creo le hice daño. Resolvimos en ir a caminar y conversar. Llegamos a un parque de la urbanización California, tenuemente iluminado y con poca gente. Buscamos una banca y seguimos platicando.
- Que linda estás. Ha sido una total sorpresa verte hoy.
- Para mi también. Contigo la paso lindo.
Sonreímos y no abandonamos las miradas.
- Y dime, estás con alguien?
- En realidad, no estoy con alguien desde que terminamos. No he tenido tiempo para enamorarme.
- No necesitas enamorarte. Puedes probar y listo. Seguro que hay un montón de chicas que quieren estar contigo, un intelectual estudiante de medicina.
Risas.
- ¿Tu estás con alguien? - pregunté.
- Estoy sola. Desde hace ya buen tiempo.
- Caray...
- No, normal. No me apresuro por tener enamorado.

Pasó media hora de conversación. Nos acercamos de tal manera que pocos centímetros separaban nuestros rostros.
- Te he extrañado mucho, A.
- Yo tambien.
Y nos besamos.

Me sentí bien. Volver a sentir la delicadeza de sus labios y su exquisitez fue estupendo.

Acompañé a A a que coja un taxi. Nos abrazamos en la esquina de una calle poco concurrida. No nos atrevíamos a soltarnos. Entonces, sucedió algo un poco inesperado.
- Oye, Joaquín... ¿Puedo preguntarte algo?
- Claro, lo que gustes.
Entonces, noté que se abochornó.
- Dime nomás - le dije, expresando seguridad.
- ¿Y si volvemos a estar? - preguntó.
- ¿Que?
- Que si estarías conmigo.
Y en lo primero que pensé fue en L, echada en su suave cama y leyendo la carta que le había enviado, imaginándose amada por su admirador secreto mientras juntos compartían una inmensa barra de chocolate.

La respuesta, no tan obvia, fue un si. Nos abrazamos con fuerza. Prometí ser un buen enamorado. Ella no paraba de sonreír. Mi cabeza era un tumulto de sensaciones y sentimientos confusos. Creí que la había cagado. En parte si. Faltaba más.

Días después, A viajó a Lima, y tuve el tiempo suficiente para pensar bien las cosas. No quería terminar con A, pero tampoco la quería como ella a mi. Pensaba en L constantemente, y eso no era saludable para la relación. A era una buena persona, conocía mis gustos, trataba de que me sienta cómodo con ella, que no me falte nada. Pero no podía mirarla con la misma ternura con la que miraba a L. Eran cosas diametralmente opuestas.

Y me sentía como un cobarde. Sabía lo que debía hacer y sin embargo, obstinado y lujurioso, continué con la farsa un tiempo más.

Al cabo de unas semanas, decidí que lo mejor sería terminar con A. Había recapacitado. Y estaba listo para hacerlo. Le envié cuatro mensajes de texto, suficientemente explícitos y sin opción a dar marcha atrás. Su reacción no se hizo esperar. Me llamó muchas veces, pero no contesté al celular. Sus mensajes ya no eran cariñosos, llevaban frases cargadas de odio, hasta de sed de venganza, diría. Traté de olvidar lo sucedido, debía efectuar la tercera etapa de mi plan para conquistar a L.

Es así que le envié una segunda carta, más explícita, más romántica, usando frases que solía usar en mi hablar y que le podían dar más pistas de mi. Esta vez pedí que respondiera a la misiva. Pero no lo hizo, y me extrañó mucho. Firmé con dos letras de mi nombre, y ahora se que supo que fui yo. Pero su actitud cambió desde entonces. Ya no me hablaba en clases, y se alejaba lo más rápido posible al término de las prácticas de laboratorio. Pregunté que le sucedía, pero nadie me daba razón de su actitud. Entonces me di cuenta que lo hacía por alejarse de mi. Pero me resistía a abandonar la idea de cortejarla. Me resistía, hasta que llegó un mensaje a mi celular, L era quien lo enviaba.
"Hola amor, hoy no puedo salir, tengo clase de anatomía. Mejor me vienes a ver en la noche y cenamos un chifa. Ah, Alex, dice Juanca que lo llames. Te quiero amor. Besos te me cuidas"

Se había equivocado de destinatario o lo hacía para que me aleje de ella. No lo se. Solo recuerdo que cuando terminé de leer, postré mi cabeza sobre la almohada y rompí a llorar en silencio.

No volví a hablar con L. Y tampoco se nada de A. No se que es de mi. Y no se si sobreviviré. No tengo ninguna idea clara y tampoco quiero que algo se esclarezca en mi.

La depresión y el desamor van de la mano. Mi cigarro también.

[u_u]

Joaquín Sabina - Aves de paso

10 comentarios:

  1. una vez me pasó así...

    esa sensación de no saber si al final se tomó la decisión correcta es quizá lo más lacerante del asunto.

    por esta noche, me ha sido imposible no verme reflejado en tus ultimas dos entradas...

    saludos y que tu corazón encuentre una vez más su camino.

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  2. tu amiga tiene razón, debiste ser más seguro desde un princpio, quizá ser más directo.

    y bueno, ya ni modo.

    suerte pa la próxima.

    ya era hora de que postearas algo, ya iban como 2 semanas

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  3. Te quedaste sin ninguna. No entiendo por qué decidiste regresar con A si estabas cortejando a L. Ánimo Vit, suerte en todo =).

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  4. estoy tratando de dejar el cigarrillo, y lo estoy logrando

    claro, no te digo q ya no fumo nada, pero sí fumo mucho menos

    jojojo

    ahora también quiero menos, claro, sé querer mejor pero evito enamorarme

    enamorarse (en mi caso) jode, así que no es la voz

    pero sucede que ahora estoy entre estar enamorado o odiarla con todo el alma, y bueno, el quererla está tomando la ventaja

    la cosa es que para qué detenerse a leer una huevada como esta (hablo de mi coment, no de tu post) no sé, escribirla es más estúìda aún

    LO QUE TIENES QUE HACER ES SALIR A LA CALLE Y ENAMORARTE Y SACARTE LA MIERDA PARA QUE ELLA TAMBIEN TE QUIERA Y NO DEJARLA JAMAS, Y NO HACERLA SUFRIR JAMAS,

    lo demás llega por añadidura,

    por la Sarita varón, que lo demás llega solito

    saludos broer, ya que chu un beso


    saaaaaaao


    ,

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  5. ey vitin, no se, pienso q quizas no hiciste lo correcto con respecto a A, ella quizas no se merecia q la tomaras por unas semanas y ya. fue la mejor desicion terminar, pero debho decir q una mejor descicion hubiera sido no empezar.

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  6. o_o Perdiste soga y cabra, mijito. Pero no te deprimas, ninguna de ellas era para ti. =) Al menos te entretuviste mandando cartitas secretas, eso es diver :3
    Míralo por el lado amable XD.
    =) Suerteee con tu próximo enamoramiento!!!

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  7. Si no tuviste el valor de hablarle directamente, mirándola a los ojos, no es mujer para tí.

    Cuando esta enamorado de verdad, todo es posible.

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  8. Este... No necesitas que te dé mi opinión...¿Verdad? Tu ya me conoces.

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  9. compai usted fue muy bruto loco usted no sabe ni lo que quiere despues de ese chocolate no decile na usted un palomo000000000

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  10. Participe en tercer grado y mal consejero...sorry... la cuestion es q sucedio y ya fue, ya pasará algo interesante y sera mejor o talves peor, la cosa es que pasará algo. Mientras tanto ... q dices??? unas chelas???

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